miércoles, 11 de abril de 2018

CRÓNICA DE UNA CAMPEONA

     Nunca pude imaginar que mi debut en las tres cifras fuera tan satisfactorio, me cuesta hasta poder expresar mis sensaciones. Algo largo será....

     Llegamos a Mérida a las 19:30, todo el camino mi hija refunfuñando y le decía a su padre que si a él le parecía medio normal que yo me tirará toda la noche corriendo jajaja!!, pero en cuanto entramos a por el dorsal a ella ya también le entró la ilusión.
     Recogida de dorsales perfecta todo bien organizado, nada de aglomeración nos dirigimos a la salida un pelín lejos de allí. Lo primero sellar el rutometro. Por allí se encontraban gente de Vva.  y rápidamente nos juntamos con Antonio, Luisma y Miguel, foto de rigor, allí estába Meme intentándonos sacar la mejor pose posible. Los nervios cada vez más a flor de piel, ambiente espectacular, todo lleno, un escuadrón de militares totalmente equipados, hasta con el cetme, también harían el recorrido. La climatología cada vez peor pronto empezaría a llover. Antonio y yo decidimos ponernos el chubasquero haríamos juntos la carrera con Luisma, Miguel con un gran amigo, la verdad le echamos mucho de menos y estuvo en nuestras conversaciones y pensamientos muchos ratos.
      21:00 h. salida y con ella el agua que empezó a caer tímidamente. Los primeros 6 km fueron guiados por Mérida, algo lento pero vistoso por los soldados romanos y ese puente romano lleno de antorchas todo muy bonito. Salimos de Mérida pero aún era un poco incorrible, el agua apretaba y ya no nos abandonaría hasta llegar el día.
        Llegado al primer avituallamiento y ya la carrera empezó otro rumbo, empezábamos a estirarnos. Corríamos a buen ritmo aunque la humedad era muy alta y quedaba un montón, teníamos que beber a menudo para no deshidratarnos y sin comerlo ni beberlo estábamos ya en el 3º avituallamiento.

      Km 22 sellamos el rutómetro cada vez más estropeado del agua, bebemos, cojo naranja y segimos. Corríamos los tres juntos unas veces uno delante otro detrás pero siempre muy pendientes unos de los otros, el agua, la niebla, el barro hacían el terreno muy peligroso. En una de las subidas mis gemelos me dan un gran susto Ay Dios mío!! no podía ser, no quería parar, sentí rabia y miedo por si tenía que abandonar, Antonio enseguida pendiente yo le dije sigue yo bajaré el ritmo un poco pero siempre pendiente de no perderlos de vista, me relaje y todo empezó a funcionar y ya no vivió a aparecer ningún dolor en los gemelos. 
     Subimos la cuesta del "animal",  Luisma demostraba su gran experiencia, lo bueno de la noche es que las cuestas no se ven mucho solo se  sienten y se hacen mejor. En las partes más llanas Antonio y yo nos poníamos y llaneábamos que daba gustó, en una de estas miramos hacia detrás y llamamos  a Luisma pero no contestaba, paramos un poco pero el frío y la lluvia nos obligaron a continuar y reagruparnos en el próximo avituallamiento que ya estaba cerca, en San Pedro donde nos darían la cena.

      Km 35, el reloj marcaba la 1:44 h. del sábado, entramos en el pabellón, sellamos el rutómetro nuevamente y cogemos la cena, todo un buffet, yo cojo pasta y caldo solo me entra el caldo, hace mucho frío, rápidamente allí estaba Luisma cambiándose de ropa. Cogimos camino rápido para entrar en calor,  los kms caían, el agua también. El grupo de tres había pasado a ser de 5, dos chicos de Calamonte muy montañeros se unieron a nosotros y  ya no nos abandonarían. Entre risas, chascarrillos y resbalones los km se hacían casi sin sentir.
          Km 54 llegamos a la Zarza son ya las 4:47 casi las cinco de la mañana y bien sabe Dios que llegué fresca como una lechuga, la única molestia el estómago que no me dejaba comer y eso me preocupaba. Allí en la Zarza un frío en ese pabellón que te morías, sellamos rutómetro y cogemos el desayuno, había de todo yo cogí fiambre, pan y café, solo el café pude tomar.  Me cambio de camiseta y que agustito  ya nos quedaba la mitad y pronto llegaría el día que se agradecería. Salimos todos juntos con el vaso en la mano como si fuéramos de botellón jajaja!! risas, voces, sin darnos cuenta que la gente en el pueblo aún dormía.

     En mi cabeza siempre estuvo llegar al km 80 y después de ahí lo demás ya sería fácil. Camino de Peña blanca  muy pendientes de las balizas que brillaban, un pequeño despiste y nos perdíamos, gracias también al GPS de Luisma,  fueron varios los grupos que se perdieron teniendo que hacer kms inútiles.

           Llegamos a una de las subidas más duras "la calderilla".  Los chicos la subían con más facilidad, yo más despacio y dosificando, ya pronto llegaría el día y nos daría fuerzas y frescura para lo que nos quedaba y así fue, llegó el día mientras bajabamos a Alange, precioso amanecer ya solo nos quedaba la subida al castillo y la fuerte bajada resbaladiza.
        7 de la mañana llegamos al avituallamiento de la presa de Alange, allí empiezo a tener la boca muy seca bebo agua de coco y cojo carne de membrillo parece que me sentoó bien, me dicen que soy la primera mujer y la verdad que sigo alucinando.
     Empezamos la subida, casi hay que escalar los chicos suben a buen paso yo me lo tomo más tranquila reservando fuerzas para lo que quedaba. Conmigo se queda José y genial, hacemos una pequeña parada para mirar el paisaje, precioso, espectacular, había merecido la pena. Bajamos y rápidamente estábamos en Alange allí estaban esperándonos ellos comiendo un poco, yo bebí y seguimos ruta ya éramos más en el grupo, unos amigos de Luisma se quedaron también con nosotros y esos sabían tela de hacer kms. Unos ratos corriendo, otros andando pero a un paso que muchos quisieran corriendo, ya había dejado de llover, se agradecía. Como decía el amigo de Luisma: "llegados a este punto terminamos aunque sea con los muñones" jjj. Hemos aprendido mucho con este grupo de gente y de otros grupillos que a ratos íbamos juntos, ha sido una gran experiencia.
     Avituallamiento del km 87 hasta cerveza teníamos, bocadillos, coca cola, de todo.  Ya quedaba poco, solo 12 kms, mis tendones del pie iban ya muy forzados y cada vez me costaba más arrancar a correr, una vez que se calentaban iban bien pero ya no podía parar de correr asi es que como decía uno "a pasito troton se adelanta un montón" , ya se veía el puente pero antes en el último avituallamiento paro para ponerme mi camiseta y Antonio igual teníamos que entrar con el nombre de nuestro Club y así hicimos. Me cuesta coger el ritmo, me duele el pie hasta que se calienta, Luisma empieza con calambres, Antonio se queda un pelín detrás con él a mi me marcan el ritmo los chicos de Calamonte, corriendo el pie no me molesta, entramos ya en el puente lleno de gente, unos extrañados y otros nos animaban, la calle Santa Eulalia a tope, la gente nos guiaba entre aplausos y ánimos, que sensación, fue increíble y rápidamente veo venir corriendo a mi pequeña, grito de alegría al verla y me dan ganas de llorar por lo conseguido.


      Gracias a mis compañeros de carrera que me llevaron en volandas. Mil gracias a Luisma , Antonio y a todos los demás. Kms dedicados a cada uno por algún motivo y el 102 a las chicas de Villanueva corre... y mucho.
   Bueno pues esto es todo, ya a pensar en la siguiente, 102  pensamientos rondan en mi cabeza.


GRACIAS A TODOS

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uff Angela, los pelos dw punta. Hasta me estan dando ganas de intentarlo!!. Enhorabuena!! Eres grande.
Ana

Rafa dijo...

Enhorabuena Ángela! Te lo mereces

Anónimo dijo...

Vaya gesta!!! Bravo Ángela!!...y los chicos igual...estáis loc@s..madre mía
Julian

Anónimo dijo...

Bendita locura, me alegro que hayas disfrutado Angela.....100 kms dan para mucho, para morir y resucitar...
Habrá más seguro, pero como la primera ninguna, y si encima es con victoria más. Espero repetir y coincidir en más.....TRAIL TURDETANIA 2018!!!!